lunes, 14 de marzo de 2011

Cerré los ojos en la oscuridad


Cerré lo ojos en la oscuridad, deseando disolverme en ella y encontrar el principio y el final de todo, quería comprender por mi mismo la razón de todo el dolor que atenazaba mi encadenado y maltratado corazón, que era lo que amarraba mi alma con cadenas, condenando todo lo que me había rodeado al olvido...

Pero no hayé  respuesta, por que para una criatura como yo nunca existirán el consuelo y la paz que da encontrar un sentido a la vida o a alguna de las preguntas que para el resto de los seres vivientes son importantes.

Por todo esto seguí allí, en la oscuridad, en el silencio, deseando que al menos esto siguiera eternamente así, sin nada que perturbara la soledad de una vida eterna.

Cerré lo ojos en la oscuridad, deseando disolverme en ella y formar parte de la misma eternamente, pero la luz me lo impidió, tu luz.... Una criatura pequeña e insignificante había logrado perturbar mi sueño eterno y despertar mis instintos mas oscuros, aquellos que creí olvidados hace tanto y tanto tiempo.

Ese insignificante y débil ser se acerco a mi mientras yo lo observaba impasible y en silencio, como si solo me tratara de una estatua sentada en aquel trono de piedra negra.

La observe incluso cuando se encaramo a mi regazo y estirando sus manitas retiro el cabello azabache que me caía sobre la cara, y así poder acariciar suavemente mi rostro mientras su inocente mirada se clavaba en la mía fría.

-Ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez-su voz angelical resonó en mis oídos como el repiqueteo de una campanilla- deberías dejar de sufrir, deberías abandonar la oscuridad o resignarte a lo que ocurrirá mientras sigas aquí escondido, es el destino, el tuyo y el mio, y ocurrirá hasta que nuestras almas eternas se extingan.

-Lo siento- susurre y mi voz sonó cavernosa y áspera por la falta de uso- no tendrías que seguir haciéndolo, solo... solo deberías permitirme desaparecer- ella negó con la cabeza y sonrió mientras se abrazaba a mi dejando expuesto su cuello

-Sabes que este es tu castigo, vivirás eternamente sufriendo la culpa de tus pecados gracias a la sangre de la mas odiada criatura- yo suspire dolido, sabiendo que ella tenia razón, siempre la tenia y agache la cabeza acercando mis labios a su cuello el cual tras besar dulcemente mordí sintiendo al mismo tiempo que su dulce esencia llenaba mi boca y bajaba por mi reseca garganta, las lagrimas en los ojos-Te odio padre

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